Nuestro primer viaje a Oaxaca y Puerto Escondido fue algo que realmente disfrutamos pues teníamos varios años planeando ir. Oaxaca es una ciudad llena de historia y cultura, y pudimos ver y aprender mucho durante nuestra visita, especialmente cuando subimos corriendo al cerro de la Guelaguetza. También disfrutamos mucho de la oportunidad de probar la deliciosa comida de la región y conocer a algunos de los habitantes locales. Los mejores restaurantes que probamos fueron Sabina Sabe que sirve tragos de mezcal y la Santísma Flor de Lúpulo, que es una microcervecería artesanal.
A la mitad del viaje, tomamos el autobús nocturo a Puerto Escondido, que es un lugar muy diferente a Oaxaca, con playas hermosas como Bachocho y Zicatela. Disfrutamos mucho de nuestra estancia allí y pudimos relajarnos y disfrutar del sol y el mar en Punta Zicatela. Como no podía faltar el café, recuerdo con mucho cariño El Cafecito, donde al pedir un americano frío nada más me dieron un vaso con hielos para que me sirviera de la jarra lo que quisiera. Puerto Escondido es un gran destino para hacer surf y ahí conocimos la Ceviche Surf Co. El mejor recuerdo culinario que nos llevamos fue Puerto Brew, un taproom de cerveza artesanal que también funciona como coworking y estudio de yoga para las personas que hacen trabajo remoto.
En general, nuestro viaje a Oaxaca y Puerto Escondido fue una experiencia muy agradable y divertida. Si tienes la oportunidad de visitar estos lugares, definitivamente te recomendamos que lo hagas.