martes, febrero 13, 2007

TRIC -1. Capítulo Tercero

“¿Qué está escuchando?” Preguntaba Lyon a LSD justo antes de entrar al salón de Manato.

“Schubert” le respondía mientras un dejo de decepción asomaba por sus ojos…

“Ya valió madres” decía a su ves Lyon “Y yo que no hice la tarea… pero tu si la hiciste, ¿Verdad, preciosa?”

“Es obvio que si la hice. ¿Crees que me arriesgaría a dejar de cumplirle al Sr. M.? Pero olvídate que te la pase, sabes que odio que te dirijas hacia mi con tanta desfachatez… ‘preciosa’… nadie me dice así, es la decimotercera vez que te lo digo ¡A nadie se lo aguanto!”

“A Manato se lo aguantaste” reclamaba Lyon “¿Crees que no escuché cuando terminaste la programación primera que nadie? Ni siquiera a Delta se dirige con tanta deferencia como contigo”

“Bueno, al Sr. M. se lo aguanto por que… ¡Por que es el maestro! Y no me hables de Delta… la muy zorra me bajó tres puntos solo por que según ella copié en el examen de “tiempos perfectos”… y… y… ¡Y no sigas preguntando ya nada si no quieres que te voltee esa carita de balón desinflado que te cargas de una sola bofetada!”

“¡Eso dolió!” apelaba Lyon, realmente ofendido “Un nuevo apodo para la colección… ‘Cara de Balón Desinflado’, ‘Rendijas’, ‘Scanner’, vaya que debería mejor cambiar ‘Lyon’ por alguno de ellos…”

“Lo siento, Kazuo… realmente no quería decirlo, es que… bueno, esta no ha sido mi semana…” se excusaba LSD mientras tomaba la mano de Lyon y entrelazaba sus dedos con los suyos “En serio que no ha sido mi semana… tu sabes… tareas, El Proyecto, Omega que no deja de pedirme a cada rato el maldito balance… dime, ¿¡Para qué carajos nos sirve aprender contabilidad!? En fin, en serio, perdóname, es más, ten…” le decía mientras extendía su USB MemoryFlash Kingston de 2 Gb “Aquí está la tarea; solo cámbiale algunos procesos para que no se vea que la copiaste, ¿Va?, oye, -agregaba mientras le daba un sonoro beso en la mejilla- ¿Amigos?”

“No hay pedo… así se dice, ¿verdad?”

“¡Qué hermoso cuadro!” decía a su vez Manato quien desde el marco de la puerta había presenciado la escena completa y se dirigía a los dos estudiantes que, mas que sorprendidos, se dirigían miradas culpables. “Me da gusto que al menos hayan aprendido lo importante que es la amistad y el perdón… en serio… me siento satisfecho -miradas relajadas tanto de LSD como de Lyon- “Pero por si no lo han notado son las 15:05, mi clase comenzó hace 300 segundos, así que comprenderán que por el día de hoy no tendré el gusto de gozar de su compañía dentro del salón. LSD, solo por el hecho de que has hecho la tarea, a diferencia de muchos de tus compañeros, tu trabajo lo acepto con calificación máxima de 6. Lyon, solo en nombre de los excelentes avances que has tenido en el último mes, tienes 55 minutos para que tu tarea me la encuentre en mi cuenta, con calificación máxima de 5. ¿Están ambos de acuerdo?”

“Si Manato” le respondía Lyon mientras le dedicaba una reverencia y, acto seguido, salía corriendo hacia su dormitorio donde seguramente se dispondría a realizar un trabajo que de haberse dedicado no le hubiera llevado más de media hora en hacerlo… “Vaya –se reprimía Lyon mientras avanzaba por los pasillos- me estoy haciendo todo un irresponsable… una vergüenza para mi familia… un perezoso comedor de tacos y hamburguesas… ¡Un occidental!”

“Gracias Manato –le decía LSD- le prometo que no se volverá a repetir” decía mientras se daba media vuelta. Al llegar a la puerta del salón de Delta se percató que Manato se daba media vuelta para introducirse de nuevo al salón. En ese momento LSD veía a la profesora de inglés impartiendo clase… cuando de repente de su boca salía un gritó “Sr. M.”… Manato se dio media vuelta sorprendido por el atrevimiento de LSD a dirigírsele, no solo después de haber sido reprendida, sino con un alias que ya le había mencionado que no le parecía el adecuado (aunque extrañamente lo aceptaba.. tal ves era la dulzura con lo que lo decía). Ella se acercó corriendo flanqueando los 5 metros que la separaban de su mentor de unos cuantos pasos amplios, se paró de puntas y besó la mejilla del profesor, dejando sus labios tal ves un poco tiempo mas que el acostumbrado. Se retiró dejando a un profesor totalmente contrariado…

… la vida era buena.


Para cuando finalizaba la clase, Lyon se acercaba a Manato cautelosamente.

“Profesor, mis deberes” (mientras tendía su flash memory a su mentor)

“Espero que no los hayas copiado de LSD, Lyon, sabes perfectamente que me daría cuenta inmediatamente… y no creo poder soportar uno mas de tus descuidos. Además, creo recordar que especifiqué que la tarea me la ibas a entregar por vía Correo Electrónico”

“Sensei, prometo que esta falta y el atrevimiento no se volverán a repetir, pero sucede que el profesor FoxTrot me encontró camino a mi cuarto, y… después de reprenderme me pidió que le avisara que quiere verlo en su oficina al terminar su clase ”

“Esta bien Lyon. Muchas Gracias”

Manato se acercaba a la oficina del director general, socio fundador y mayor accionista de IMAP, por no mencionar que el más carismático y querido por el instituto. FoxTrot tenía su delegación instalada en el segundo piso del edificio; gozaba tanto con vista hacia el exterior del edificio como una espléndida vista hacia el interior del mismo. No se sabía mucho sobre el interior de aquel cuarto debido principalmente a que FoxTrot rara vez dejaba que cualquier persona entrar a él, inclusive para recibir a los escasos padres de familia que acudían al instituto, ya sea llamados por algún profesor, o comprometidos ellos con la educación de sus vástagos, él contaba con una sala especial dentro de la biblioteca.

Cabe mencionar que la misma “Sala de Castigos” (como solían llamarla los alumnos) podía ser considerada hasta un lugar bastante agradable para estar, de no ser por los temas que ahí se trataban. Estaba compuesta por cuatro páneles del acostumbrado cristal templado, aunque estos tenían la peculiaridad de poseer esmerilados en su superficie los códigos fuente de los principales sistemas operativos; a esta sala se podía tener acceso por medio de una puerta hecha del mismo cristal, sin pasador o perilla alguna, demostrando de esta manera que cualquier persona, sea alumno, profesor, intendente o cualquier persona podía tener acceso a ella sin siquiera llamar a la puerta. En el interior se encontraban dos sofás bastante amplios como para albergar a 4 personas cómodamente sentadas en cada uno, además de un sillón para dos personas, un sillón de una sola plaza y, notablemente, un puff de piso hecho de piel en donde Manato solía sentarse cuando se daba alguna junta de profesores en dicha sala.

La Delegación de FoxTrot era realmente un misterio, solo se sabía que tenía una sola puerta, un sillón extremadamente cómodo y una recepcionista que, aunque bastante amable… rayando casi dentro de lo cursi, era bastante firme.

“Caminemos” le decía FoxTrot a Manato mientras se le abrazaba cuando caminaban por el pasillo, algo que podía verse bastante curioso debido a la diferencia de estatura. “Sabes Fox… siempre he tenido una duda, y sabes perfectamente que nunca cuestiono tus decisiones, si este instituto ha llegado a ser lo que es, es realmente por que te tenemos a ti al mando, pero, ¿Por qué casi nunca dejas entrar a nadie a tu oficina? Vamos, inclusive cuando tienes que tratar algo serio con algún alumno, lo haces de esta manera, caminando por los pasillos del instituto, o cuando tienes que verte con algún familiar de ellos prefieres hacerlo en la “Sala de Castigos”.

Después de meditarlo por algunos minutos, FoxTrot por fin se dirigía a Manato

“Me parece justa tu pregunta, es por eso que voy a responderla, aunque he de decirte que me confunde el hecho de que no hayas ya supuesto la respuesta. Dime, ¿qué pasaría si me vieran entrando a mi delegación con los padres de Monk33?, Pensarían que tengo algo muy grave que tratar con ellos, algo que de lo que no podría saberse, si no ¿para qué encerrarse en un cuarto sin comunicación alguna al exterior?, eso solo daría lugar a sospechas, chismes y malos entendidos. ¿Hasta ahí estamos de acuerdo?”

Manato asentía mientras FoxTrot tomaba el trabajo impreso que una de las alumnas le ofrecía mientras ellos llegaban casi a el patio interior del plantel.

“Buen trabajo Yeka, espero que comprendas el por que te obligué que me escribieras todo el código de tu programa a mano y en papel”

“Si FoxTrot, lo entiendo, con su permiso profesor; buenos días Manato”.

Una ves que la alumna se hubo retirado, FoxTrot continuaba con su monólogo

“Pobre chica, la atrapé pirateándole a Zero su código fuente, de castigo tuvo que reescribirla en papel… 87 páginas escritas a mano, yo creo que aprenderá su lección… en fin, como te iba diciendo; ahora imagínate que llamo a, no se, LSD, a mi oficina, ¿Te das cuenta de la imagen que podría yo dar? ‘El profesor FoxTrot llamó a la alumna mas atractiva del plantel a su oficina…’ Como que no se vería muy profesional que digamos, ¿cierto? Espero con esto haber despejado tus dudas” se dirigía a Manato mientras le guiñaba un ojo. “Bien, las razones por las que te he hecho llamar son las siguientes: Tengo un interés especial por Zero. He estado atestiguando su avance por el último año y medio y a mi parecer ya esta listo para que continúe su preparación conmigo, a menos que tu tengas alguna objeción”

“Ninguna –respondía Manato a su vez- de hecho desde hacía ya tiempo que quería comentarlo contigo, Zero puede ser un adolescente un poco rebelde, tal ves llegue a sacarte canas verdes, ¡Pero es una esponja! Absorbe la información que le llega a una velocidad increíble. Me parece buena tu decisión, déjame ser yo quién le comunique la buena nueva”

“Esta bien Manato, la segunda razón es por que tenemos un trabajo que hacer, no apagues tu celular por ningún motivo durante los próximos tres días, yo me pondré en contacto contigo” Manato volvía a asentir “Y la tercera razón es, tienes una visita en la Sala de Castigos. Se trata de Vendetta. Creo que tienen mucho que platicar ustedes dos. Me dijo que llegaría a las 5 de la tarde, esto es, dentro de 6 minutos…”

“Vaya, tenía cerca de un año que no sabía nada de ella, muchas gracias FoxTrot, yo avisaré a Zero de tu decisión. Esperaré tu llamada”


Y como ya era acostumbrado, los dos viejos amigos se despedían con un abrazo con el cual refrendaban la amistad que por años venían cuidando por encima de todo.

Manato entraba a la biblioteca entre las miradas curiosas de algunos alumnos y comentarios de la naturaleza de “¿ya viste quien esta ahí?” “Es Vendetta…” “Una de las egresadas más reconocidas del plantel”… Fue cuando Manato cruzaba el umbral de la puerta de doble bisagra de la sala cuando aquella chica se ponía de pie.


“Vendetta, qué gusto el verte… bienvenida a casa”



 

1 comentario:

Violetisha dijo...

:D Ojalá no tarde mucho el proximo capítulo. I can't wait!!!