Esa fue la primera vez que escuché hablar del relleno porque fue lo primero que comió mi padre cuando pudo salir de la casa y empezó a encontrarse con otras personas. La primera vez que yo comí uno me pregunté si había existido siempre y solo se puso de moda recientemente porque llevo 30 años viniendo a Acapulco y nunca me había percatado de su existencia. La segunda vez que supe de él fue porque un foodtruck
30 años me harían sonar como un experto pero no soy más que un turista que poco conoce más allá de la Costera y Acapulco Diamante. Apenas hace algunos años empecé a visitar algunos lugares que no mucha gente conoce cómo el Jardín Botánico porque salió en una revista de Costco dedicada al puerto y llegué al Mercado de la Progreso sólo porque fue donde personas con conocimiento del tema nos recomendaron probar el relleno. Después de preguntar, veía puestos de relleno por todas partes: en el mercado de Llano Largo, enfrente del Wal-Mart de las Palmas y así es como debe ser.