lunes, junio 27, 2016

El relleno

Las primeras señales de que Manuel ya había pasado fueron cuando el cielo se despejó y el nivel del agua empezó a bajar. Hasta ese momento, Don José se había alimentado de atún en / y agua que había almacenado en su casa como las autoridades recomiendan para estar prevenido en el caso de un huracán.

​Esa fue la primera vez que escuché hablar del relleno porque fue lo primero que comió mi padre cuando pudo salir de la casa y empezó a encontrarse con otras personas. La primera vez que yo comí uno me pregunté si había existido siempre y solo se puso de moda recientemente porque llevo 30 años viniendo a Acapulco y nunca me había percatado de su existencia. La segunda vez que supe de él fue porque un foodtruck llamado Smoked lo ofrecía y después me enteré de que es un alimento del pueblo para el mundo que se puede conseguir en los mercados y en la calle.


30 años me harían sonar como un experto pero no soy más que un turista que poco conoce más allá de la Costera y Acapulco Diamante. Apenas hace algunos años empecé a visitar algunos lugares que no mucha gente conoce cómo el Jardín Botánico porque salió en una revista de Costco dedicada al puerto y llegué al Mercado de la Progreso sólo porque fue donde personas con conocimiento del tema nos recomendaron probar el relleno. Después de preguntar, veía puestos de relleno por todas partes: en el mercado de Llano Largo, enfrente del Wal-Mart de las Palmas y así es como debe ser.

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