Calibán y la bruja es un libro de Silvia Federici que explora la historia y el impacto de los juicios por brujería que tuvieron lugar en Europa entre los siglos XIV y XVII. Federici utiliza a Calibán, personaje de la obra "La Tempestad" de W. Shakespeare para representar a las clases subalternas oprimidas por el capitalismo y a la bruja (Sycorax) para representar la resistencia de las mujeres a las estructuras patriarcales que fue reprimida a través de los jucios por brujería. El libro argumenta que estos fueron un momento clave en la creación del capitalismo, ya que ayudaron a imponer un nuevo orden social en el que la mercantilización del trabajo y la represión de las mujeres jugaron un papel central. Federici argumenta que los juicios por brujería fueron parte de un proceso más amplio de "acumulación primitiva", en el que la clase dominante usó la violencia y el terror para extraer plusvalía del trabajo de la clase trabajadora e imponer un nuevo conjunto de relaciones sociales.
Federici argumenta que la caza de brujas fue un mecanismo clave para la "acumulación primitiva" del capital, que involucró la expropiación de tierras y recursos comunitarios y el desplazamiento de los campesinos de sus tierras a través de los "cercamientos". También se utilizó para separar al cuerpo de la naturaleza y justificar el uso de la violencia contra las mujeres para imponer una nueva división sexual del trabajo, en la que las mujeres se limitaban al trabajo doméstico y los hombres al trabajo asalariado.
En este contexto, Federici argumenta que el cuerpo, especialmente el femenino, se convirtió en un territorio en disputa. Ella sostiene que la caza de brujas se utilizó para imponer una nueva comprensión del cuerpo, en la que el cuerpo de las mujeres se veía como una fuente de contaminación y pecado, y para imponer una nueva moral sexual, en la que la sexualidad femenina se controlaba y regulaba estrictamente. Además, demonizaba el poder que las mujeres tenían sobre la naturaleza a través del control de los medios reproductivos, la adivinación y la curandería los cuales entendían como "magia".
El libro también examina las formas en que el legado de los juicios por brujería continúa dando forma a las luchas contemporáneas por la justicia económica, racial y de género.
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