El portafolio era negro, solo contenía un par de revistas y una camiseta negra que envolvía un viejo ordenador portátil cargado con Linux que a penas era suficiente para conectarse a Internet, pero cuyo disco duro valía lo suficiente como para tomarse la molestia. El hombre, al ver que ella se acercaba, levantó el portafolio del suelo, se lo colgó en el hombro y empezó a caminar, en contra de todo pronostico, en su dirección. En el tunel, se podía ya escuchar que el tren se acercaba pero ella utilizaba unos audífonos que cancelaban el ruido exterior y no se percató del hecho.
by Molly
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