Almeira Gutierrez Miranda
Presente!
Arenita
Presente!
Carmona del Valle Franciso
Presente!
Co-Ntak
Presente!
Monk33
Presente!
Kiriyama Kazuo
Here!
“¿Perdón?”
Lo-siento-profes… ehh.. Manato… Presente!
Manato comenzaba de esta manera lo que era el primer día de clases dentro de IMAP, pasando lista a todos los que estaban inscritos en su cátedra… tanto a alumnos de nuevo ingreso como a alumnos que asistían a dicha clase por el gusto de ayudar al profesor en su tarea de creación de nuevos talentos, además que de esa manera podían estar en contacto más directo con su profesor y este a su vez les ponía tareas cada ves mas pesadas…
Y así continuaba mientras Manato pasando lista, 25 alumnos en total, incluyendo a los de nuevo ingreso como a los ya experimentados.
Panda
Presente!
Santiesteban Delacroix Lucía
Presente!
Rivera Pereira Constanza Anahí Elsa
Presente!
Robledo Zárate Esteban
Presente!
Vidyapeetham Sai Shanti
Presente!
Vidyapeetham Sai Kendra
Presente!
Zero
Presente!
“Bien, muy bien…” decía Manato en un tono casi inaudible, logrando con esto captar la atención de sus alumnos, “Sean ustedes bienvenidos a IMAP, y sobre todo a su primera clase de inducción, las reglas dentro de este salón son muy claras, ya conocen mi política acerca de los alimentos dentro del salón, así como de higiene personal. Aquellos que no las conozcan sugiero que revisen su correo electrónico justo después de que termine su día de labores”
“Hay un punto que quiero dejar en claro muchachos, el respeto que deberá de reinar dentro de este salón de clases y del instituto en general” continuaba Manato, “muchos de ustedes al salir de este colegio se lograrán colar en compañías desarrolladoras de alto nivel, tal ves otros tantos se dediquen a pirateo y tráfico de información, muchos otros tal ves terminen desestabilizando gobiernos contrarios… e incluso tal ves en el ámbito profesional tengan que enfrentarse entre ustedes mismos, tal ves lleguen a ser enemigos… en fin, el punto es que mientras estén en este salón de clases, bajo mi tutela y enseñanza, deberá reinar una actitud de compañerismo entre ustedes, si no, al menos de tolerancia para los demás, NO CONLLEVARÉ ningún acto de burla hacia sus colegas por sus diferencias en el ritmo de aprendizaje, así que espero no escuchar expresiones de la naturaleza de “¡Pero qué pendejo eres..!” o “¡No seas estúpido..!” Señores, aquí venimos todos a aprender los unos de los otros; así que quedan todos advertidos, que a la primera burla que escuche de su parte para con sus compañeros quedarán inmediatamente expulsados de este colegio. Esta regla NO está sujeta a ningún tipo de negociación ni… ¡SANTIESTEBAN! DEJA DE ESTAR MURMURANDO…”
En ese momento la chica con dicho apellido se volvió, mientras sus verdes ojos se hacían con la clásica mirada culpable de quien ha hecho algo indebido… su rojo y quebrado cabello brillaba de una manera sobrenatural aun encendido por la escasa iluminación indirecta. Se volvió hacia el profesor mientras soltaba una expresión infantil “Lo siento prof… es que…”
“Santiesteban, acabas de perder un punto en ‘Desempeño Actitudinal’ ” decía Manato mientras tecleaba cierta información en su terminal, al mismo tiempo que en la ventana de cristal líquido aparecía en gran tamaño una ficha técnica titulada ‘Lucía Santiesteban’, en la cual podía verse todo su historial académico, en el recuadro donde se leía “Desempeño Actitudinal” el número 10 que contenía inmediatamente cambió a 9, acto seguido la ficha desapareció y el ventanal se aclaró de nuevo dando paso a la ya familiar vista hacia los volcanes…
“¡Eso no fue justo!” replicaba Lucía cuando acababa de ver lo que había provocado “No sabíamos que estaban prohibidos los murmullos dentro del salón…” a lo que inmediatamente Manato se ponía de pie y se dirigía a la niña “Cuando alguien habla, cállate y escucha. Son reglas de urbanidad y civismo básicas, niña, mientras el profesor habla, tu debes permanecer en silencio... tal ves de esta manera aprendas algo… ¡Y esto va para todos! Mientras cualquiera de los profesores este haciendo uso de la palabra, ustedes se limitarán a levantar la mano para poder pedirla, si esta no es concedida, no se molesten en insistir. ¿Queda esto entendido, Santiesteban?”
“Si… Sr. M.”
Todos, incluido Zero voltearon a ver a Lucía por el atrevimiento que se había ella tomado a cambiar el alias que por tantos años había acompañado a Manato… pero extrañamente él no se inmutó, sino por el contrario solo se refirió a decir “me gusta como suena, pero recuerda que soy Manato, no Sr. M., queda entendido?”
“Si… Manato”
El profesor se volvía hacia su escritorio cuando notó que el alumno asiático se quedaba viendo hacia la pantalla mural… “Y por cierto, ni siquiera se tomen la molestia de pensarlo, no hay forma de hackear mi sistema de calificaciones, solamente ha habido una persona capaz de hacerlo: el mismo FoxTrot; para lo cual tuvo que hacer uso de todas las computadoras del plantel, y cuando digo todas… SON TODAS, incluyendo las de Recepción, Dirección Técnica, Dirección Académica, los Smartphones de 27 alumnos y hasta de la Cliè de Delta, todo esto para lanzar un ataque masivo a mi servidor… obviamente he logrado solucionar ese problema. Así que, continuemos pues.” se refería de nuevo Manato a sus alumnos “Como ustedes habrán notado mientras pasaba lista, en este grupo de inducción, hay compañeros a los cuales me he referido por sus pseudónimos…” En ese preciso momento, un chico, de aproximadamente 17 años, alto, delgado, cabello en puntas, vistiendo una playera negra, pantalón baggy y botas negras… toda la imagen que se puede esperar del clásico y estereotipado hacker, se ponía de pie y decía en voz alta “Yo soy Zero, y leo el correo de todos as we speak!”, en ese preciso momento en las pantallas de todas las computadoras dentro del salón, incluyendo las de Manato, aparecía el mensaje “Estoy leyendo tu correo as we speak”, Manato se volvía hacia su servidor, ya teniendo control del teclado comenzó a teclear una serie bastante complicada de instrucciones, dejando atónitos a sus alumnos por la velocidad de reacción y sobre todo, por la calma con la que actuaba, al termino de lo que serían 25 segundos Manato lograba deshacerse del mensaje en su servidor, y de esta manera retomaba la plática “en fin, como les iba yo diciendo, en éste ambiente es peligroso que ustedes den a saber sus datos personales, así que desde este momento olvídense del nombre que papá y mamá les dio cuando los registraron, así que, como sus compañeros, van a tener que elegir el pseudónimo por el cual serán conocidos a partir de ahora, tienen el resto de la clase para hacerlo, así que piensen muy bien el nombre que elegirán y con el cual se les referirá no solo dentro de este salón, sino dentro del mismo plantel y que incluso será el que aparezca dentro de sus reportes de eficiencia, no se preocupen, no aparecerá dentro de sus papeles oficiales. Tienen todo lo que resta de la hora, y les recomiendo que piensen en ello mientras se deshacen del gusano que Zero acaba de dejar en sus computadoras, si tienen dudas de cómo hacerlo pueden consultar a sus compañeros más avanzados y… Zero… tienes un punto menos por hablar sin autorización (en ese momento se habría la misma animación en el muro, pero ahora con la ficha técnica donde en lugar del nombre se leía solamente “Zero”, y de la cual se descontaba una unidad de la misma categoría de la cual se había descontado a Lucía), aunque también te has ganado una ‘mención’ por el excelente gusano que has desarrollado (misma animación, pero ahora poniendo un pequeño punto azul de lado izquierdo donde estaba la fotografía del mismo Zero) y, muchachos” dijo, dirigiéndose a la clase una ves más “les sugiero que se deshagan del gusano de su compañero, ya que efectivamente él esta leyendo su correo”.
“Así es, valió la pena el punto menos, me estoy enterando de cada cosa…” comentaba Zero mientras guiñaba un ojo a la pelirroja Santiesteban.
Para final de la clase, y ya cuando todos habían logrado deshacerse del virus que Zero había propagado por la red del salón, Manato comenzaba a pasar lista con fin de recoger los alias con los cuales iban a ser registrados los alumnos. Lyón, Koni, Luza, uno a uno iban siendo registrados al mismo tiempo que estos iban sustituyendo a los nombres verdaderos de sus dueños dentro de sus tarjetas… Fue cuando llegó el momento en que la chica con el apellido Santiesteban se acercó al escritorio de Manato…
“Tienes decidido cual será tu alias, Santiesteban?”
“Así es, Sr. M…”
“Bien… bien… y dime, cual será entonces?”
“LSD”
… y en ese instante, el nombre de Lucía Santiesteban Delacroix era borrado y sustituido en la pantalla mural por el de LSD.
martes, enero 30, 2007
miércoles, enero 24, 2007
TRIC -1 Capítuo Primero
“Oboe Concerto in C, K 314 – Wolfgang Amadeus Mozart – 8:03” era lo que se leía en el display de un viejo reproductor de música en formato MP3 que Manato tenía en su cabecera, conectado al sistema de sonido instalado en su dormitorio. Conservaba aquella antigualla de 512 Mb de capacidad por dos razones principales: el tener un despertador incorporado, y el hecho de ser el primer reproductor de éste tipo que él se regaló con el primer ingreso que obtuvo, de esto hace algunos años ya.
Manato se desperezó, apuró las cortinas y con un movimiento mas holgazán que hábil las abrió de par en par para dejar que los primeros rayos de sol atravesaran por el cristal templado de 10mm que había pedido específicamente para todas y cada uno de las ventanas con las que contaba el edificio de dos plantas… solo así era posible tener el lujo de ventanas en aquel lugar cuya temperatura en invierno podía caer a menos de 15 grados bajo cero, o castigarlas a mas de 40 grados en verano mientras que en el interior se gozaban de agradables 21º durante todo el año.
Este lugar era mejor conocido como el IMAP, Instituto México-Americano de Preparación. La escuela más importante e influyente en lo que se refería a la instrucción de nuevos talentos que servirían mas adelante al progreso de su propia patria…
“La computación es el futuro” era lo que siempre repetía Omega a sus colegas Alfa, Manato y FoxTrot, con quienes después de buscar por meses y meses un lugar donde poder enclavar una institución como ellos la habían estado planeando, se encontraron con una vieja Hacienda ubicada a unos perfectos 50 Km. de la ciudad. Se aplicaba el adjetivo “perfecto” ya que dicha institución contaba con todas las comodidades necesarias para que los padres pudieran abandonar (si así lo deseaban) durante semanas, meses o incluso años a sus hijos, con la esperanza de que las altas colegiaturas que ahí se pagaban fructificaran en algo mas que proveerles de un simple “informático” mas… de los cuales ya estaba plagado éste país. No, lo que se buscaba era que sus hijos fueran algo mas que meros oficinistas o capturistas de datos trabajando para alguna institución gubernamental, eso en el mejor de los casos, sino verdaderos genios en el uso de las computadoras, individuos capaces de no solo comprender el funcionamiento y alcance de una Computadora Personal, sino ir mas allá.
El lugar había fungido anteriormente como propiedad de uno de los narcotraficantes mas poderosos de todo Sudamérica. Se trataba de una Hacienda localizada en la salida de la Ciudad con rumbo hacia el oriente, la cual contaba con todos los servicios, tales como luz, telefonía, agua potable y drenaje (las fosas solo se utilizaban cuando se requería de ocultar algún cuerpo), además de conexión vía satelital a Internet. Disfrutaba también de una pista de aterrizaje de tierra, la cual obviamente había sido zanjeada por el ejército cuando la policía federal se hizo del lugar, Omega logró adquirir dicho lugar en un remate organizado por dicha institución. En cuanto llegaron, la imagen de los cuatro fue la de derribar aquel lugar y construir un edificio con grandes paredes, grandes ventanales, columnas, y el que en su momento llegaría a ser el famoso techo de cristal templado que cubría el comedor de la institución. Un premio mayor de la lotería, los ahorros de toda la vida y una cuantiosa herencia desaparecieron en un lapso de 9 meses para dar luz a el gran mounstro en que se había convertido el plantel. Habitaciones para los alumnos que decidieran quedarse en el internado, baño comunitario con agua caliente a cualquier hora, un comedor que daba albergue a excelentes chefs apenas egresados de sus facultades (“son aun explotables” decía Manato con cierta sorna), equipos de punta, un ambiente minimalista por mas elitista, no por la considerable suma de dinero que ahí se pagaba a manera de colegiatura, sino por la calidad de alumnos que fueron llegando al instituto con la promesa de una educación, por fin, a la altura de sus necesidades. La vida era buena…
Manato terminó de bañarse, peinarse y solo después de ataviarse con una camisa Claiborne (un regalo del mismo FoxTrot y la cual le cambió para siempre sus hábitos de vestir), pantalón oscuro y zapatos, además de su nuevo reproductor de MP3, se dirigía a enfrentar a los que consideraba más peligrosos que cualquier ejército entrenado en Afganistán o Israel, mas peligroso aun que cualquier grupo militar o paramilitar subversivo al gobierno de su país y mas mortal que una avanzada dirigida por Beatrix Kiddo : sus alumnos.
“Salón 101” era lo que se leía en la puerta que, como todo el salón, había sido diseñada a manera de tableros con huecos que aislaban todo el ruido exterior, esto con la finalidad de acabar con cualquier fuente de distracción, al menos auditiva, que pudiera desviar la atención de los alumnos de la cátedra que impartía. El salón en si era una maravilla, una especie de meca para todos aquellos que pretendían aprender algo mas que hacer hojas de cálculo y macros. Estaba acondicionado para albergar a 25 alumnos (no mas, no menos) proporcionándoles a cada uno una computadora Macintosh y una ordinaria PC en la cual pudieran “experimentar”… (“siempre hacen falta Conejillos de Indias” les decía siempre que alguno preguntaba por la extraña combinación), también existía la posibilidad de que cualquier alumno llevara su propio equipo.
Al fondo del salón se observaba, bajo una protección de plexiglás, una vieja PC la cual solamente tenia adherida una etiqueta la cual rezaba: “Exención del examen final si logras que esta máquina corra durante dos semanas, sin presentar ningún error, con el Sistema Operativo Windows Vista”, hasta la fecha ningún estudiante había sido capaz de lograr tal hazaña.
Al frente del salón se encontraba una gran ventana de 2.5 mts. de alto por 8 mts. de largo la cual estaba orientada hacia los volcanes y parte del bosque en el cual se localizaba el colegio. Sucedía que dicho ventanal había sido hecho bajo especificaciones muy precisas de los mismísimos Manato y FoxTrot, se componía de dos cristales blindados, entre los cuales se encontraba una capa de líquido que, a manera de pantalla de cristal líquido, al ser estimulado eléctricamente se obscurecía casi en su totalidad, además que por esta característica el mismo ventanal podía ser utilizado como proyector. Se decía que Manato había no pedido, sino exigido una ventana de estas características debido a que sufría de una pequeña claustrofobia, si por él hubiera sido hubiera pedido dar sus clases al aire libre, lo cual como el mismo sabía era algo prácticamente imposible… se manejaban equipos que el mismo gobierno hubiera siquiera soñado con poseer.
No hay plazo que no se cumpla ni fecha que no llegue, así que como todas y cada una de las mañanas, y en especial ésta, la de inicio de curso, que las clases comenzaban en IMAP puntualmente a las 7:00 am. Manato disfrutaba haciendo correr a sus alumnos a sabiendas de que entrando él a su salón, nadie mas podía entrar; los trabajos, tareas y demás menesteres debían estar registrados en la bandeja de entrada de su correo electrónico a mas tardar a las 0:00 (hora local); la limpieza, no solo en sus trabajos, sino también personal era algo que exigía de sobremanera, no importaba si iban en fachas, con jeans desgastados, playeras geek, zapatos Converse o incluso perforaciones, pero si algo detestaba Manato en sus alumnos era la falta de higiene. Los alimentos dentro del salón estaban definitivamente prohibidos (con excepción de botellas con tapas anti-spill conteniendo solamente agua purificada o mineral). Este nivel de exigencia era necesaria ya que la tarea de Manato era preparar a sus alumnos para su siguiente nivel de aprendizaje con FoxTrot, el cual exigía nada menos que perfección en los estudiantes que él elegiría como sus pupilos. Si un alumno recibía instrucción por parte de FoxTrot prácticamente aseguraba su inserción directa en alguna compañía desarrolladora de alto nivel. La firma de FoxTrot era una tarjeta de presentación que podía abrir prácticamente cualquier puerta en el ámbito laboral.
6:58 am y Manato ya se dirigía hacia el ya famoso Salón 101, el cual se encontraba justo al lado del Room 201, en el cual se daba la clase de Inglés Técnico impartido por Delta, profesora de 23 años la cual había llegado con bastantes cartas de recomendación, una preparación académica excepcional y una sonrisa de aquellas que acaban con gobernantes, tiranos y dictadores. –“Deja su currículum de lado, ¡¿Es que acaso no has visto que esta como quiere?! ¡Está divina!” les decía Alfa a sus compañeros cuando les informaba del ingreso a la cartera de docentes de Delta.
Manato había comenzado a desarrollar cierto crush por Delta, la cual todas las mañanas al pasar éste por su salón, le dedicaba la mas dulce de sus sonrisas. Si, definitivamente: La vida era buena…
Manato se desperezó, apuró las cortinas y con un movimiento mas holgazán que hábil las abrió de par en par para dejar que los primeros rayos de sol atravesaran por el cristal templado de 10mm que había pedido específicamente para todas y cada uno de las ventanas con las que contaba el edificio de dos plantas… solo así era posible tener el lujo de ventanas en aquel lugar cuya temperatura en invierno podía caer a menos de 15 grados bajo cero, o castigarlas a mas de 40 grados en verano mientras que en el interior se gozaban de agradables 21º durante todo el año.
Este lugar era mejor conocido como el IMAP, Instituto México-Americano de Preparación. La escuela más importante e influyente en lo que se refería a la instrucción de nuevos talentos que servirían mas adelante al progreso de su propia patria…
“La computación es el futuro” era lo que siempre repetía Omega a sus colegas Alfa, Manato y FoxTrot, con quienes después de buscar por meses y meses un lugar donde poder enclavar una institución como ellos la habían estado planeando, se encontraron con una vieja Hacienda ubicada a unos perfectos 50 Km. de la ciudad. Se aplicaba el adjetivo “perfecto” ya que dicha institución contaba con todas las comodidades necesarias para que los padres pudieran abandonar (si así lo deseaban) durante semanas, meses o incluso años a sus hijos, con la esperanza de que las altas colegiaturas que ahí se pagaban fructificaran en algo mas que proveerles de un simple “informático” mas… de los cuales ya estaba plagado éste país. No, lo que se buscaba era que sus hijos fueran algo mas que meros oficinistas o capturistas de datos trabajando para alguna institución gubernamental, eso en el mejor de los casos, sino verdaderos genios en el uso de las computadoras, individuos capaces de no solo comprender el funcionamiento y alcance de una Computadora Personal, sino ir mas allá.
El lugar había fungido anteriormente como propiedad de uno de los narcotraficantes mas poderosos de todo Sudamérica. Se trataba de una Hacienda localizada en la salida de la Ciudad con rumbo hacia el oriente, la cual contaba con todos los servicios, tales como luz, telefonía, agua potable y drenaje (las fosas solo se utilizaban cuando se requería de ocultar algún cuerpo), además de conexión vía satelital a Internet. Disfrutaba también de una pista de aterrizaje de tierra, la cual obviamente había sido zanjeada por el ejército cuando la policía federal se hizo del lugar, Omega logró adquirir dicho lugar en un remate organizado por dicha institución. En cuanto llegaron, la imagen de los cuatro fue la de derribar aquel lugar y construir un edificio con grandes paredes, grandes ventanales, columnas, y el que en su momento llegaría a ser el famoso techo de cristal templado que cubría el comedor de la institución. Un premio mayor de la lotería, los ahorros de toda la vida y una cuantiosa herencia desaparecieron en un lapso de 9 meses para dar luz a el gran mounstro en que se había convertido el plantel. Habitaciones para los alumnos que decidieran quedarse en el internado, baño comunitario con agua caliente a cualquier hora, un comedor que daba albergue a excelentes chefs apenas egresados de sus facultades (“son aun explotables” decía Manato con cierta sorna), equipos de punta, un ambiente minimalista por mas elitista, no por la considerable suma de dinero que ahí se pagaba a manera de colegiatura, sino por la calidad de alumnos que fueron llegando al instituto con la promesa de una educación, por fin, a la altura de sus necesidades. La vida era buena…
Manato terminó de bañarse, peinarse y solo después de ataviarse con una camisa Claiborne (un regalo del mismo FoxTrot y la cual le cambió para siempre sus hábitos de vestir), pantalón oscuro y zapatos, además de su nuevo reproductor de MP3, se dirigía a enfrentar a los que consideraba más peligrosos que cualquier ejército entrenado en Afganistán o Israel, mas peligroso aun que cualquier grupo militar o paramilitar subversivo al gobierno de su país y mas mortal que una avanzada dirigida por Beatrix Kiddo : sus alumnos.
“Salón 101” era lo que se leía en la puerta que, como todo el salón, había sido diseñada a manera de tableros con huecos que aislaban todo el ruido exterior, esto con la finalidad de acabar con cualquier fuente de distracción, al menos auditiva, que pudiera desviar la atención de los alumnos de la cátedra que impartía. El salón en si era una maravilla, una especie de meca para todos aquellos que pretendían aprender algo mas que hacer hojas de cálculo y macros. Estaba acondicionado para albergar a 25 alumnos (no mas, no menos) proporcionándoles a cada uno una computadora Macintosh y una ordinaria PC en la cual pudieran “experimentar”… (“siempre hacen falta Conejillos de Indias” les decía siempre que alguno preguntaba por la extraña combinación), también existía la posibilidad de que cualquier alumno llevara su propio equipo.
Al fondo del salón se observaba, bajo una protección de plexiglás, una vieja PC la cual solamente tenia adherida una etiqueta la cual rezaba: “Exención del examen final si logras que esta máquina corra durante dos semanas, sin presentar ningún error, con el Sistema Operativo Windows Vista”, hasta la fecha ningún estudiante había sido capaz de lograr tal hazaña.
Al frente del salón se encontraba una gran ventana de 2.5 mts. de alto por 8 mts. de largo la cual estaba orientada hacia los volcanes y parte del bosque en el cual se localizaba el colegio. Sucedía que dicho ventanal había sido hecho bajo especificaciones muy precisas de los mismísimos Manato y FoxTrot, se componía de dos cristales blindados, entre los cuales se encontraba una capa de líquido que, a manera de pantalla de cristal líquido, al ser estimulado eléctricamente se obscurecía casi en su totalidad, además que por esta característica el mismo ventanal podía ser utilizado como proyector. Se decía que Manato había no pedido, sino exigido una ventana de estas características debido a que sufría de una pequeña claustrofobia, si por él hubiera sido hubiera pedido dar sus clases al aire libre, lo cual como el mismo sabía era algo prácticamente imposible… se manejaban equipos que el mismo gobierno hubiera siquiera soñado con poseer.
No hay plazo que no se cumpla ni fecha que no llegue, así que como todas y cada una de las mañanas, y en especial ésta, la de inicio de curso, que las clases comenzaban en IMAP puntualmente a las 7:00 am. Manato disfrutaba haciendo correr a sus alumnos a sabiendas de que entrando él a su salón, nadie mas podía entrar; los trabajos, tareas y demás menesteres debían estar registrados en la bandeja de entrada de su correo electrónico a mas tardar a las 0:00 (hora local); la limpieza, no solo en sus trabajos, sino también personal era algo que exigía de sobremanera, no importaba si iban en fachas, con jeans desgastados, playeras geek, zapatos Converse o incluso perforaciones, pero si algo detestaba Manato en sus alumnos era la falta de higiene. Los alimentos dentro del salón estaban definitivamente prohibidos (con excepción de botellas con tapas anti-spill conteniendo solamente agua purificada o mineral). Este nivel de exigencia era necesaria ya que la tarea de Manato era preparar a sus alumnos para su siguiente nivel de aprendizaje con FoxTrot, el cual exigía nada menos que perfección en los estudiantes que él elegiría como sus pupilos. Si un alumno recibía instrucción por parte de FoxTrot prácticamente aseguraba su inserción directa en alguna compañía desarrolladora de alto nivel. La firma de FoxTrot era una tarjeta de presentación que podía abrir prácticamente cualquier puerta en el ámbito laboral.
6:58 am y Manato ya se dirigía hacia el ya famoso Salón 101, el cual se encontraba justo al lado del Room 201, en el cual se daba la clase de Inglés Técnico impartido por Delta, profesora de 23 años la cual había llegado con bastantes cartas de recomendación, una preparación académica excepcional y una sonrisa de aquellas que acaban con gobernantes, tiranos y dictadores. –“Deja su currículum de lado, ¡¿Es que acaso no has visto que esta como quiere?! ¡Está divina!” les decía Alfa a sus compañeros cuando les informaba del ingreso a la cartera de docentes de Delta.
Manato había comenzado a desarrollar cierto crush por Delta, la cual todas las mañanas al pasar éste por su salón, le dedicaba la mas dulce de sus sonrisas. Si, definitivamente: La vida era buena…
martes, enero 16, 2007
¿Aprendimos algo nuevo el día de hoy?
Post originales que se pueden encontrar AQUI
TRIC -1
Fox-trot le decia siempre a Manato "Nunca, nunca, nunca te conectes a la red desde tu casa, o si lo haces al menos cuélgate de alguna otra señal; de esta manera si te descubren, tu hogar estará protegido y siempre tendrás un lugar seguro al cual poder llegar en las noches y descansar"...
Manato sabía que las enseñanzas de Fox-trot, mas que guías tomadas de alguno de los tantos libros que su maestro había leido en su vida, eran experiencias propias... Años atras Fox-trot había sido atrapado por la policía mientras el, junto con su grupo de amigos, fueron descubiertos introduciéndose a la base de datos del FBI... la primera tentación cuando uno comienza a hackear redes, uno no sabe por que o para qué, pero siempre existe esa satisfacción de haber hecho algo grande y prohibido.
"Procura siempre utilizar redes públicas", continuaba Fox-trot con su lección mientras caminaban por los pasillos del IMAP, "Utiliza los cafés. los restaurantes, lugares donde te encuentres cómodo... el piratear información no implica que no puedas disfrutar de un buen café o de una buena comida. Recuerda que antes de entrar a cualquier lugar debes de localizar las salidas de emergencia... Estudia los movimientos del lugar... imagina que eres uno de ellos, ¿Cómo podrían acorralarte? ¡y procúrate un buen vehículo de escape! El auto es bueno, pero una motocicleta te vendría mejor..."
viernes, enero 12, 2007
La Torre
"Ese es el lugar al que tenemos que entrar?!" Preguntaba Manato a Fox-Trot mientras daban vuelta a la esquina y la torre aparecía en sus ojos.
"Así es, ese es nuetro objetivo" le respondía con toda calma su mentor.
"¡¿Y te has puesto a pensar que esa Torre es uno de los lugares mas vigilados de la ciudad?!" le reclamaba de manera aireada, aunque con cierto nerviosisimo en su voz: "Tenemos que planaerlo, necesitamos equipo, personal, un grupo de asalto y tres computadoras decentes. Esto nos llevará tiempo para prepararlo, unos dos días al menos. ¿Cuándo tienes pensado entrar?"
"Ahora mismo..."
Suscribirse a:
Entradas (Atom)