Dicen que a Nueva York la amas o la odias y yo soy de los primeros. En mi segunda visita a "la ciudad que nunca duerme" pasé más de 24 horas en el transporte público, ya fuera el metro, el Long Island Railroad, el ferry a Staten Island o el teleférico a Roosevelt Island. También cumplí con el estereotipo de caminar 20,000 pasos diarios para poder conocer todo lo que no vi cuando fuimos en octubre de 2019.
La aventura comenzó cruzando el puente de Brooklyn, después de darnos valor con una cerveza de Evil Twin Brewery y tomarnos la foto en Washington St. en DUMBO. El puente es una obra de ingeniería maravillosa que une a Brooklyn y Manhattan, donde pasaríamos el día siguiente de nuestro viaje haciendo picnic en Central Park y visitando el Museo de la Ciudad de Nueva York donde tratamos de responder la pregunta de por qué es tan fuertemente representada esta ciudad en los medios.
El siguiente paso en nuestro plan era llegar en Citibike lo más lejos que se pudiera en el Empire State Trail, una ciclovía confinada que empieza en Battery Park y termina prácticamente en Canadá, pero antes vimos el atardecer en Pier 57 donde pudimos ver Little Island, el paisaje de Lower Manhattan y the High Line, el parque lineal construido sobre una vía de tren recuperada, el cual recorrimos el día siguiente.
Tengo que hacer una mención especial a la Biblioteca Pública de Nueva York, donde además de conocer el edificio vimos el Winnie Pooh original que perteneció a Christopher Robin Milne y que inspiró las historias que fueron popularizadas por Walt Disney antes de que el personaje entrara al dominio público el año pasado.
En Battery Park, también está la estación del ferry a Staten Island, el cual es una forma gratuita de ver de cerca la Estatua de la Libertad, la cual es una ampliación de la que se encuentra en el número 667 de Madison Av y que fue forjada del molde de yeso original.
Pero lo mejor del viaje fue el Museo del Tránsito, donde además de poder ver trenes antiguos que aún funcionan, aprendimos sobre la historia y el funcionamiento del Metro de Nueva York, en el cual pasamos más de 24 horas totales del viaje. Saliendo de la estación de Grand St, sobre Bowery encontramos un mural de Shepard Fairey que dice "We Own the Future" y con esa imagen me quedo, pues sí veo otro viaje a Nueva York en el futuro para conocer más lugares que quedaron pendientes en esta visita.